Y LOS CIENTÍFICOS CORRÍAN
Y los científicos corrían.
El niño avanzó por el túnel y una voz le
reclamó:
-¿Qué buscas?-
- Al Oráculo- dijo el niño.
- Yo soy.
Acércate-
Y los científicos corrían.
El niño dio unos pasos y encontró tres flamas
encendidas.
-¿Para qué es esto?-
- Primera
Pregunta.- dijo el Oráculo –Cada vez
que me interrogues deberás apagar una de ellas. Comienza, por favor-
Y los científicos corrían.
El niño sopló pero no se apagó la flama.
-¿Así?-
- Segunda
Pregunta- tronó la voz –debes usar tu
mano para ello. Descuida, No te quemarás-
El niño posó su mano en una flama y ésta se
extinguió.
Lo mismo ocurrió con la segunda flama.
Y los científicos corrían.
- Aún te
queda una pregunta. Adelante, pequeño.-
El niño lo pensó detenidamente. Por su cabeza
pasaron cuestiones tan trascendentales cómo ¿Existe Dios? ¿Qué es la vida?
¿Cómo se creó el universo?... Pero sólo una pregunta fue la vencedora...
Y los científicos corrían.
-¿Por qué los niños hacemos de pie y las niñas
sentadas?-
- Porque su estructura
anatómica así lo demanda.-
Y los científicos llegaron.
La tercera tecla había sido presionada y la
Máquina Marciana se apagó por siempre.
No comments:
Post a Comment