Tuesday, October 08, 2013

RELATO DE LA SEMANA

DECISIVO


Decidió que era una mañana tan fresca como una tarta recién horneada.
Caviló unos segundos antes de decidir que sería un niño. Rubio… No. Mejor pelirrojo. Ojos negros. Tez morena. Sí. Así era mejor. Se levantó, desnudo, y decidió que se encontraba en una habitación profusamente decorada con cuadros de animales monstruosos, quiméricos, sin existencia posible, jamás concebidos, nunca sucedidos.
Decidió que una madre anodina entraría por una puerta que, el niño había decidido, estaría entreabierta. En exactamente cinco segundos, la mujer le ordenaría vestirse para ir al templo y, en ese preciso momento…
En ese preciso momento, una mujer anodina entró al cuarto y ordenó al niño vestirse para ir al templo.
Entonces, los cuadros del cuarto cobraron vida, se desprendieron de los muros como la costra sanguinolenta de una rodilla  y arremetieron contra la mujer, hundiendo sus zarpas en la trémula carne de la recién inventada criatura, cubriendo de espesa y brillante sangre el suelo del cuarto que, el niño había decidido, sería absolutamente blanco para así poder contemplar los íntimos fluidos en todo su contraste, exacerbando los sentidos del niño que, ahora, decidió aguzar sus percepciones para disfrutar hasta límites insospechados de la esencia de su propia perversión.
Terminadas las risas, el goce y el horror, el niño decidió borrar del cuarto todo rastro de su crimen para, así, recrearlo cien, mil, millones de veces más…
El tiempo voló con alas de cuervo y con un graznido agónico arrobó al niño en las telas del ensueño. Los párpados le pesaban. Decidió que no se dormiría pero, cosa rara, esta vez nada sucedió…
El mundo se degradó como una pintura antigua, como un rostro de cera al calor de dos cuerpos haciendo el amor.
El niño no quería cerrar los ojos pero era inevitable. Su tiempo se había agotado.

Comprendió, entonces, que ya no era decisión suya. Que él mismo era una decisión. Alguien había decidido que dejaría de existir.  El niño sonrió tras considerar que, quizá, ese alguien también habría sido decidido por alguien más, y ese otro por alguien más, y ese otro por alguien más… 

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